Y durante la noche de luna llena, un ser
misterioso vino por mi, me tomó en sus brazos fuertemente por unos
instantes para después dejarme suavemente sobre la cama dormida y así
marcharse en silencio y entre las sublimes sombras.
Al despertar solo me
dejó una cosa, la cual no me asustó, dos marcas en mi cuello del lado
izquierdo que escasamente salían de ellas unas gotas de sangre.
Ese fue
mi único recuerdo de aquél misterioso caballero, así que las noches de
luna llena simplente un suspiro se escapa de mis fríos labios...
Autora: Desirê Mortem
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