Por eso mi vida se convirtió en una mentira.
El reino de las estrellas.
Cosmos silenciosos.
¡Oh! desesperación, gran villano de la tierra de lágrimas.
Déjame ir, me quiero morir en silencio.
Ya, mi alma flota como un líquido invisible, en la melancolía del imperio infinito.
Aquí está... el milenio blanco, último solsticio.
Ahora, bajo mis pies descalzos, el Dragón por fin despertó.
Y en esta oscuridad perfecta, la cuestión parece cerca.
Tres tronos, unidos por el magnífico poder del portador de la luz del ángel.
El tiempo roe gloriosamente el tronco del árbol de la vida.
Y a lo lejos, entre las estrellas, donde está escrito el destino del hombre.
Lástima, llora su inutilidad.
En una colina oscura.
Bajo la fría superficie del planeta olvidado.
Una magnífica torre marca el lugar donde el silencio es mi hijo invisible.
Cuando el cielo se ha detenido, la alimentación de la tierra y cuando mares han dejado de viajar por el mundo.
El odio entonces, sacudió al dueño de todo.
Artista: Pazuzu.
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